siglo de oro

cada artista en su tiempo de vida, lo unico que le queda es la sutil espera del tiempo y la marcha de un gran amor intermitente, el cual, si los astros son propicios, logra encotrar o al menos conciliar con una mujer revestida de su semilla; En Garcilazo, siglo de oro, miramos a Isabel, su amante y su compañera ideal que meses despues su muerte compone esta elegia, con la mas discreta nostalguia de su amor. Ahora bien uno de los sonetos, mas hermosos y tristes a la ves como , si aquellas palabras fueran acaso ya sinonimas..

SONETO X


¡Oh dulces prendas por mi mal halladas,
dulces y alegres cuando Dios quería,
juntas estáis en la memoria mía
y con ella en mi muerte conjuradas!

¿Quién me dijera, cuando las pasadas
horas qu’en tanto bien por vos me vía,
que me habiades de ser en algún día
con tan grave dolor representadas?

Pues en una hora junto me llevastes
todo el bien que por términos me distes,
lleváme junto el mal que me dejastes;

si no, sospecharé que me pusistes
en tantos bienes porque deseastes
verme morir entre memorias tristes.

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