Propios de autor
síndrome de Ulises
En este momento esta corriendo por su vida mientras un espantoso ruido le habisa que su piernas se rompen, cae tan despacion que casi el mismo dolor lo desquejebrantaja, anda bueno, parate, escucha. Siente el alcohol deslizar su mano sobre la herida, la fatiga, un poco de sueño intranquilo desplazado sobre las cenizas de la noche, el cuarto otra ves, el olor le recuerda que esta calmado, depronto, se agacha oportunamente para recoger la mota que se desparrama ensangrentada y el tiempo que quiza sere su feliz tal vez, entiende el entorno de su espalda redonda y adelgazada, finimamente entiende las leves unas prendas de una fisionia nada parecida se incomoda con su mirada, oye mira sabes ,me gustaria verte viva, crei que me ivan a matar, realmente no lo crees hasta sucede y te vuelves tu propia parodia, le dijo pero le fastidiaba que no se diera escuchar porque su apenas despertaba su oido al bustisio de la calle, no estoy en un jardín, reflexiono, los vientos se desacomodaron, las persianas, los anaqueles de madera, otra ves permanecio mirándole otra vez, rápidamente entre sus zapatos se despedio de un beso mañanero, con las manos lúgubre sobre la seda y la musicalidad remota del ambar de su boca y como si sobre el olor se escribiera el ultimo para siempre, le dijo adios .
En este momento esta corriendo por su vida mientras un espantoso ruido le habisa que su piernas se rompen, cae tan despacion que casi el mismo dolor lo desquejebrantaja, anda bueno, parate, escucha. Siente el alcohol deslizar su mano sobre la herida, la fatiga, un poco de sueño intranquilo desplazado sobre las cenizas de la noche, el cuarto otra ves, el olor le recuerda que esta calmado, depronto, se agacha oportunamente para recoger la mota que se desparrama ensangrentada y el tiempo que quiza sere su feliz tal vez, entiende el entorno de su espalda redonda y adelgazada, finimamente entiende las leves unas prendas de una fisionia nada parecida se incomoda con su mirada, oye mira sabes ,me gustaria verte viva, crei que me ivan a matar, realmente no lo crees hasta sucede y te vuelves tu propia parodia, le dijo pero le fastidiaba que no se diera escuchar porque su apenas despertaba su oido al bustisio de la calle, no estoy en un jardín, reflexiono, los vientos se desacomodaron, las persianas, los anaqueles de madera, otra ves permanecio mirándole otra vez, rápidamente entre sus zapatos se despedio de un beso mañanero, con las manos lúgubre sobre la seda y la musicalidad remota del ambar de su boca y como si sobre el olor se escribiera el ultimo para siempre, le dijo adios .
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